Primeros meses de inicio en formación
Amados Pastores, Familia Aliancista de Colombia y en especial mi iglesia en Medellín, reciban un afectuoso saludo de mi parte. Es un privilegio para mí dirigirme a todos ustedes, deseando siempre que el Dios todopoderoso sea su guía, paz y confianza en cada situación que atraviesen en sus vidas y, sobre todo, en estos momentos los cuales sé que son de gran dificultad e incertidumbre.
Quiero extenderles un abrazo y compartirles un poco sobre mi experiencia como estudiante en el Centro de Capacitación Intercultural A. B. Simpson durante estos 3 meses, y hacerlos partícipes de todo lo que Dios ha venido haciendo en mi vida en este lugar.
No cabe duda que iniciar mi proceso de formación en el Centro de Capacitación hace parte de los propósitos de Dios para mí, y ha sido una completa satisfacción saber que cada uno de los pasos que día a día estoy tomando, me acercan a su perfecta voluntad. Este proceso ha sido un tiempo especial donde, no sólo he adquirido nuevos conocimientos a nivel teológico y misional, sino también he sido formada de manera integral, he podido conocer a Dios de nuevas maneras y así poder experimentar su amor, soberanía y gracia de forma abundante en cada una de las áreas de mi vida. De manera especial, Dios ha estado trabajando en mi corazón, moldeando, transformando cada aspecto y acercándolo cada vez más a su corazón.
Así mismo, Dios me ha premiado con la maravillosa oportunidad de poder compartir con 13 estudiantes internos procedentes de diferentes lugares del país, de los cuales he aprendido y enriquecido mi formación, entre muchas cosas, gracias a la gran diversidad cultural.
Definitivamente, he podido ver reflejado el amor de Dios hacía mí a través de cada uno de mis compañeros, pues son personas que inspiran a ser cada vez más como Jesús, a vivir como Él vivió y a caminar de manera radical y apasionada por todos aquellos que aún vagan sin Jesucristo como su Salvador.
El estar todos juntos, me ha permitido comprender de forma profunda cómo es la vida en comunidad y la bendición de poner a los demás por encima de sí mismo.
Por otra parte, la formación académica durante estos tres meses ha sido muy enriquecedora, he podido cursar seis materias correspondientes, tanto del pensum de Teología como de Misionología. Cada una de estas materias han sido de inspiración para cumplir, de una manera más adecuada y eficaz, la tarea que Dios nos encomendó, dotándome así, de herramientas, conocimientos y estrategias, y una visión clara sobre el desarrollo de la misión de Dios en el mundo.
Todo lo anterior ha ido de la mano con las prácticas ministeriales que he venido desarrollando en la sede Alianza de Amor de la ciudad de Armenia dirigida por el pastor Jairo Pulgarín. Actualmente estoy acompañando dos proyectos. El primero de ellos es la enseñanza a un grupo de 50 niños y adolescentes en uno de sus proyectos misioneros en el barrio Génesis, ubicado en uno de los sectores más vulnerables de la ciudad de Armenia. Allí hemos podido hacer un trabajo conjunto con los líderes locales enseñando la Palabra, visitando los hogares y alcanzando a nuevos niños y adolescentes. El segundo proyecto ha consistido en apoyo al ministerio de jóvenes y la pastoral infantil en diversas actividades como la enseñanza, la consolidación y el discipulado.
Adicional a esto, comenzamos un trabajo con un ministerio llamado Día Zero, el cual está dirigido a alcanzar a personas que no han tenido ningún contacto con el evangelio. En esta experiencia pude servir como apoyo logístico en un evento realizado con un colegio del sur de Armenia donde asistieron 300 chicos entre los grados octavo, noveno, décimo y once, quienes tuvieron un encuentro con Jesús, en forma de salida pedagógica. El propósito con este grupo es comenzar un trabajo de discipulado y seguimiento en tanto se normalicen las condiciones al darse por finalizada la cuarentena.
Finalmente, quisiera agradecer por todo el apoyo que he tenido de cada uno de ustedes y por el respaldo en oración en este proceso; como dice la Escritura, la oración del justo puede mucho, y es hermoso ver la unidad que Dios trae a su pueblo cuando estamos en un mismo sentir por medio de la oración.
Pido que sigamos orando por cada estudiante del ABS, sus familias, los recursos económicos y también que el Señor siga abriendo puertas de bendición para cada uno de nosotros, donde se generen alianzas estratégicas y contactos claves para seguir llevando a Cristo hasta lo último de la Tierra. De igual forma, sigamos clamando juntos por la situación actual de la pandemia del COVID-19, que esta situación que es tan grave y difícil sea una oportunidad para que Cristo sea predicado en todos los pueblos y que las personas procedan al arrepentimiento.
Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes y pido que sean prosperados en todo, así como sé prospera su alma. 3 Juan 1:2
Con amor,
Eliana Restrepo Crespo
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